lunes, 18 de junio de 2012

Porque nadie puede ser tu.

Una semana para escapar a recorrer Europa durante 25 días. Solo queda una semana. Parece mentira que todo surgiera por una idea espontánea de las 6 de la tarde en Ópera de Madrid. Almudena y yo. Bailarina y periodista. Destinadas a vivir en Inglaterra (que por cierto, está confirmado por ámbas partes). Y de ahí a Nueva York, si es que se lo digo yo todos los días, "titi tu y yo nos conocimos en una residencia de monjas sin saber que algun día seríamos alguien en la vida". Nunca se me olvidará, y sé que a ti tampoco el primer día. En el ascensor. "¿De donde eres? ¿De Bilbo, y tu? ¿En serioooo? ¡Yo de Galdakao!". Claro, y como la sangre llama, al de 5 minutos ya te estaba tocando la puerta para bajar a ver la tele. Aunque, ahora que lo pienso no fue buena idea, porque idiotas hay en todas partes...Jajajajaj en fin...

Ayer lo hablaba con alguien (¡Hola guapo, ;), lo rápido que pasa el tiempo, sobre todo cuando pasas de los 18... Cambian tantas cosas, cambias tu, cambian ellos, y cambia el mundo. Y encima te das cuenta de que el mundo está mal diseñado. Que al final avanza tu vida en base a un esquema que tienes que segirlo obligatoriamente, ya sabeis, eso de nacer, crecer, "madurar", conocer a alguien, buscar un trabajo, ser independiente economicamente, casarte, tener hijos, jubilarse y morir. Y importante, vivimos en una crisis. Un plus.

Hablando de pluses, ¿deberían existir las segundas oportunidades? ¿El perdón de alguien que te falló? ¿El volver a ofrecerle toda tu confianza a alguien que sabes que una vez la tiró por la borda? Yo veo bastante peligroso e improbable que una persona que te falla otra vez no vuelva a hacerlo. Porque al final, ¿las personas cambian? ¿O cambian solamente sus formas de actuar en determinadas circunstancias? Es decir, la esencia de la persona nunca se va. Si alguien es celoso, no puede hacer que esos celos desaparezcan por que son parte de él. Lo mismo pasa con el egoismo, el orgullo, la superioridad, el egocentrismo... Quizá esté equivocada, pero por lo que me ha tocado vivir, estoy más que segura que en esta vida todos no somos iguales. Cada uno tiene lo suyo, y si dos personas no congenian, no hay que forzar nada para "gustarse". No es posible que todos seamos buenos, amables, apáticos, simpáticos, agradables y todo eso.

Una vez me ocurrió algo. Trataba de una historía que me tenía bastante confusa. Tenía tantas ganas de cambiar algo, a alguien... Creo que aquello me dejó exhausta. Y sin oportunidades. No di dos, di un puñado de ellas. Pero en fin, cuando eres una cría es lo que esperas de la gente, que te quiera, que te aprecie, y que te devuelva al menos la quinta parte de lo que le has regalado tu. Y cuando te rindes, cuando sabes que nada va a llegar...bueno, es bastante frustrante. Pero hace tiempo que aprendí a sacar el lado positivo de las cosas. Si me hubiera quedado estancada en aquel momento, no podría haber hecho muchas cosas que he hecho, y de las que me siento bastante orgullosa de ellas. En parte vino bien, porque gracias a aquello, aprendí a ser independiente, me separé de lo que me tenía unida desde que nací (mi familia, mis amigos y todo eso) y disfruté de la vida en la capital. A fín de cuentas, ni de coña hubiera optado por el Erasnus, ni hubiera conocido a una personilla increible, ni hubiera experimentado lo que es trabajar, llegar a las 14 p.m de fiesta o disfrutar de la vida en una terraza donde una botella de agua costaba 10 euros (era de plástico..., aunque yo no pedí agua ee).

Todo pasa por algo. Todo tiene una razón de ser. Si sufres en un momento dado, la vida te dará una recompensa, puede que a corto, medio o largo plazo, pero te la da siempre, solo por haber soportado una carga que no te merecías (o no al menos en tan poca edad). Ayer alguien me preguntó si estaba orgullosa de lo que había hecho, si me sentía madura. La verdad es que no supe que contestar a eso, porque creo que nunca puedes hablar de ti mismo, tienes que esperar a que lo hagan los demás, porque ahí se encuentra el enriquecimiento de la persona. Y da la casualidad de que otro alguien me confesó ayer que "tía, me das mil vueltas a la cabeza". Sé que alguien me lo preguntaba con bastante ironía pero ahí tiene la respuesta. Sí, me considero bastante madura. Si, la madurez la consigues alejándote de los que quieres y viviendo tu propia vida, o viviendo ciertas circunstancias de la vida que te obligan a crecer antes de tiempo. Eso es lo que me gusta de mi. Que soy bastante "luchadora" en ese sentido (y eso tambien me lo han dicho, que no quiero contradecirme), que tengo lo necesario para echar para alante, que me quedo siempre con lo que aprendo y no con lo que me retrasa, Y creo que así, al menos, tengo un 1% más que aquellos que viven solo en base a sus posibilidades de conseguir todo lo que me proponga. Hasta ahora, desde luego, me ha servido para algo.